Tratamiento del Estrés en Valladolid
Estrés, según el diccionario de la RAE es, Alteración física o psíquica de un individuo, por someter a su organismo a un exceso de trabajo, de tensión nerviosa, o de cualquier otro tipo. Por lo tanto, el estrés es un efecto de una fuerza o presión, que causa sobrecarga, esfuerzo, trabajo o fatiga. Fuerza a la que le damos el nombre de estresor.
Desde su origen en inglés, la palabra stress se utilizaba para designar la resistencia de los materiales, para medir la carga o fuerza que éstos pueden soportar. Por eso, en su origen, estrés, es un concepto –así como el de calidad- que proviene de la física, en particular de ciertos procesos en ingeniería: la resistencia de los materiales a las condiciones a las que se les expone.
En ese sentido, estrés también es cuando a una estantería de un librero le colocamos libros de más, sobre-cargándola más allá de su capacidad, del peso que puede soportar, entonces diríamos que es una repisa estresada, o igualmente cuando inflamos un globo más allá de la fatiga del material, hasta que explote, por el efecto del aire que va estirando las paredes del hule, hasta su punto máximo de expansión; o cuando la piel se expande y quedan grietas (estrías), al igual que la tierra o los materiales al expenderse y contraerse por efecto de la temperatura, la humedad, el calor y la presión de la tierra.
Actualmente se habla de estrés de sobremanera, lo cual ha hecho un lugar común, igual como se emplean los “diagnósticos” de: “eso que le pasa es psicológico, está en la cabeza” O unos más pulidos como “eso que tiene es psico-somático” o simplemente, “se trata de estrés” “necesita usted descansar” Se le utiliza tanto en posiciones doctoras como en absoluto cotidiana, se le nombra para citar a una surtida de cosas y ubicaciones que implican (tocan) y afectan directa o indirectamente al cuerpo: el estrés postraumático; ¿qué ejecutar en asociación a una ebullición en el grosor a posteriori de haber acontecido por una situación de schok? lo cual relaciona la agitación del espesor con la reminiscencia; las incontables y en gran medida alteradas -algias, escozor en la suscripción y baja cruz, resquemor en la mollera, juntas, etc.
Retomando el ideal del encabezamiento ¿cómo des-estresaríamos la estantería del librero?… ¿añadiéndole más álbumes ligeros? ¿Clavándole unos travesaños en aspa para reforzarla? ¿liberarla del desmedido peso? El inconveniente es que no se puede “no proceder nada”, que es lícitamente la mejor manera de “hacerle suceso a lo que el estrés me estás señalando” ¡que debo reposar! ¡que debo de bajarle a la amenaza! ¡que el cuerpo –aunque convive todo el momento con maquinarias que potencian sus restricciones, éste no es una maquina! Lo cual es contrario a los calibres actuales de valor, elaboración y aumento económico sustentables y de clase, que intentan devastar los “tiempos muertos” por considerarse improductivos, contrarios a la riqueza, tachados de vagancia y mediocridad, de tercer orbe. De ahí que incluso los más grandes gozos de la vitalidad tengan que aguantar una disculpa receta: bailoterapia, musicoterapia, aromaterapia, o la excusa pro-salud para copular, por medio de la combustión de calorías, la elaboración den endorfinas que estimulan a bocajarro el método agitado y dan la impresión de felicidad y placer.
Es en este contexto actual en adonde convergen dos verdades: por un costado el mandamiento (dominante) encubierto, que moviliza el consumo, ¡tienes que disfrutar! el cual plantea que el escozor y el abatimiento no lo tienen por qué habitar ninguno; que es tan comprensible sostener sanidad, complacencia, afecto, coste, status, belleza… con solo comprarla. Y ello estresa dado que hay cosas que no alcanzan. Es una carga económica de deudas. Sin esa invención muchas cosas que compramos diariamente, en primer sitio no se producirían tampoco mucho excepto atraparía nuestra atención. Lo cual ideal que el solo plano de la urgencia ha a sido soslayado por el anhelo y el placer. En adonde el estrés es respuesta del cuerpo, una consecuencia de la grava del mismo, mostrando el comunicado de no ser considerado solo un juego y una maquinaria.