Terapia de Pareja en Valladolid
¿Necesitamos un psicólogo en Valladolid especialista para mejorar nuestra relación? Quizá tu pareja y tú os estéis haciendo esta pregunta; en ese caso, vamos a intentar ayudaros en vuestra decisión.
¿Necesitamos un psicólogo en Valladolid especialista para mejorar nuestra relación? Quizá tu pareja y tú os estéis haciendo esta pregunta; en ese caso, vamos a intentar ayudaros en vuestra decisión.
Los vínculos estrechos que se producen entre los miembros de una pareja traen consigo habitualmente desencuentros que provocan conflictos, tensiones que pueden acarrear sentimientos de derrota o acabar en un clima de apatía y hacer del espacio propio de la pareja una zona poco confortable o casi virtual, inexistente.
En este contexto, no es raro que ambas partes se instalen en la queja, lo que incluso produce impresiones de maltrato psicológico, entrando en un círculo poco constructivo y del que resulta difícil escapar.
En nuestra consulta psicológica, al trabajar en terapias de pareja hemos comprobado que el mayor inconveniente con el que nos encontramos al tratar estos casos es la complejidad de la comunicación.
Nuestro trabajo como psicólogos os puede ayudar a renovar y enriquecer vuestra relación, y así salvar o aligerar los obstáculos que os habéis encontrado.
Los psicólogos de nuestro gabinete expertos en terapias de pareja intervenimos, con sensibilidad y cuidado, para conseguir un lenguaje compartido que os acerque a un lugar de encuentro. Con esta meta, trabajaremos conjuntamente con vosotros para alcanzar estos objetivos:
En las relaciones afectivas intervienen multitud de factores de una gran complejidad, en ellas cohabitan los momentos de plenitud y felicidad con los inconvenientes propios de la vida cotidiana: discusiones recurrentes, falta de estímulos, pequeños inconvenientes que se convierten en muros insalvables… En nuestro gabinete psicológico observamos con frecuencia a personas que viven en pareja pero que se sienten sumergidas en una inmensa soledad. Quizá os veáis identificados con algunas de estas cuestiones.
El modelo de amor imperante en nuestra sociedad nos puede conducir al narcisismo, de manera que buscamos en nuestra pareja una extensión de nosotros mismos, en vez de a una persona que, con su diversidad, nos aporte otra visión de la vida, nos enriquezca con sus modos y maneras.
Por otra parte, no podemos olvidar que en nuestra relación de pareja depositamos muchas ilusiones y un proyecto vital compartido, lo que hace que al verla peligrar nos sumerjamos en la tristeza, la frustración o la ira.
De esta forma, podemos englobar las causas que dificultan la vida en pareja en tres grandes bloques:
Inicialmente, las parejas se forman por dos individuos que se atraen y se gustan, que se quieren y deciden compartir sus experiencias en una relación, pero esto no asegura un vínculo de igualdad, respeto y disfrute, así como de apoyo y compañía en las situaciones difíciles y comprensión en la resolución de las diferencias. El proceso de enamoramiento, la pasión inicial que suele caracterizar el comienzo de toda relación amorosa, entorpece una visión realista de las diversas personalidades que se enfrentan e intentan acoplarse saludablemente. Puesto que cada miembro de la pareja aporta su trayectoria vital (aprendizaje en la familia de origen, relaciones anteriores…), la labor en que nos enfrascamos no es precisamente sencilla.
Con el devenir de los años, frecuentemente se instalan en el núcleo de la pareja las discusiones, los silencios y las imposiciones. En definitiva, aquella se convierte en una franja de desencuentros y conflictos, lo que aleja a cada miembro del otro y a ambos del sueño que construyeron inicialmente. Las posiciones inamovibles, los chantajes afectivos y las fidelidades malentendidas convierten las conversaciones en callejones sin salida. Aumenta así el alejamiento y la crispación, lo que nos conduce a un auténtico círculo vicioso.
La llegada de los hijos y las responsabilidades que esto conlleva; las tareas familiares cuando el tiempo que ocupa la jornada laboral es extenso; los aprietos económicos, que pueden llegar a ponernos en contextos muy delicados; los conflictos en el entorno profesional; la emancipación de los hijos o la jubilación, e incluso el padecimiento implícito a graves enfermedades o la muerte de un ser querido. Todas estas circunstancias pueden provocar grandes malestares en el seno de la pareja, precisamente cuando más necesitamos protegernos el uno al otro.
En la terapia psicoanalítica buscamos entender cómo ha vivido el paciente sus primeras etapas vitales.
Esto le permitirá cambiar, a partir de lo que acaba de reconocer sobre lo más antiguo e íntimo de su propia historia.
La psicología aporta una visión externa y profesional, fundada en una escucha atenta y analítica, a una situación que quizá se haya enredado por los múltiples factores que influyen en ella y que ya hemos mencionado más arriba: familiares, sociales, económicos, afectivos, sexuales, etc.
Las crisis son inevitables en la vida de cualquier persona o de cualquier colectivo humano y la pareja, como no podía ser menos, no está exenta de ellas; de cómo las afrontemos y de las herramientas de las que dispongamos para hacerlo dependerá en gran medida su superación, su enquistamiento o, incluso, que desemboquen en la ruptura de la pareja.
En nuestro gabinete psicológico os proporcionamos un lugar donde manifestar vuestras desavenencias y malestares, donde reflexionar y buscar soluciones, siempre con el apoyo de profesionales expertos en este tipo de conflictos.
Entender las causas de vuestros problemas para subsanarlos y encontrar un lenguaje común que posibilite una comunicación sana y efectiva entre vosotros dos será nuestra meta desde el principio hasta el final del tratamiento.
La práctica acumulada con el tiempo nos ha descubierto la importancia de secuenciar el proceso terapéutico que efectuamos con las parejas en los siguientes ítems:
Durante los primeros encuentros dedicaremos gran parte de nuestro esfuerzo a generar un clima de confianza, esencial en cualquier trabajo psicoterapéutico. Cerraremos esta primera fase con una valoración al respecto de cómo os habéis sentido acogidos entre nosotros.
Simultáneamente, vuestro psicólogo irá completando la exploración de vuestros problemas, sus motivos, estado actual, posibles planteamientos para superarlos, etc. En esta etapa, se os comunicará con transparencia un cuadro realista, sin dejar de ser ambicioso, de vuestras dificultades y diferentes posibilidades para salvarlas.
Trabajaremos con el objetivo de que podáis exteriorizar vuestras necesidades, así como vuestros deseos, de forma que facilite la escucha del otro, con prioridad al respeto, pero de forma asertiva, sin dejar de ser empática.
El bagaje común con el que llegáis a la terapia os ha cargado de cariño, cuidado mutuo y apoyo incondicional, pero también, muy posiblemente, de dolor, resentimiento y desconfianza. Cada uno de estos sentimientos ha de tener su cabida en el tratamiento, pues de no ser así sería imposible apaciguar los que os imposibilitan un encuentro provechoso.
Es importante que sepáis que en la terapia de pareja no os vamos a ofrecer recetas con consejos psicológicos como ingredientes, ni soluciones mágicas; es más, seréis vosotros mismos quienes, secundados y guiados por nosotros, encontraréis vuestro propio camino hacia una relación más igualitaria y satisfactoria.
Esta es la meta a la que hemos de acercarnos paulatinamente, sin olvidarla nunca, la zona en la que estéis confortablemente unidos, a la vez que aceptéis las diferencias que os hacen seres distintos, personas únicas, en el pleno, hermoso y diverso sentido de la expresión.
¿Son mis sentimientos de maltrato psicológico reales?
Si tienes alguna duda de que tu pareja te maltrata o manipula, es el momento de pedir ayuda a un psicólogo, a un trabajador social o a cualquier especialista que pueda echarte una mano. ¡No esperes!
Si te sientes maltratad@, pide ayuda, no es momento para dudar. Ten en cuenta que las secuelas pueden ser gravísimas.
¿Cómo podemos saber si necesitamos la ayuda de un psicoterapeuta?
Los problemas y las crisis que se asocian a ellos son un elemento cotidiano en la vida de cualquier persona y, por extensión, en la de cualquier pareja. Sin embargo, ocasionalmente, estas complicaciones son muy agudas o repetitivas, de forma que nos sentimos incapaces de resolverlas sin ayuda, incluso puede que sintamos que no tienen solución.
Es en estos momentos cuando la intervención de un profesional, como los que trabajamos en nuestro gabinete psicológico, puede contribuir a que recuperéis un clima de entendimiento y un espacio confortable para ambos.
¿Es útil la terapia de pareja?
Según los estudios, en torno al setenta por ciento de las parejas que se someten a un tratamiento psicoterapéutico manifiestan haber mejorado gracias a él; es más, este porcentaje aumenta significativamente cuando no se demora demasiado tras la aparición de los primeros síntomas (no mucho más de dos años).
Contemplados individualmente, nueve de cada diez usuarios refieren una mejoría en su ánimo y muchos de ellos hablan de ganancias en su salud y su labor profesional.
¿Tiene el tratamiento una duración determinada?
Para contestar con honestidad esta pregunta, tenemos que decir que no tiene respuesta, pues dependerá de las necesidades, características y capacidades de la pareja en cuestión y de cada uno de sus componentes.
Aun así, en nuestro trabajo conjunto se irán viendo pequeñas mejorías desde las primeras sesiones, no obstante lo cual, también habremos de atravesar momentos duros, puesto que reflexionar sobre nosotros mismos y nuestros conflictos no es una cuestión sencilla.
¿Qué precio tiene la terapia pareja Valladolid?
Como la consulta anterior, esta tiene difícil contestación: para empezar, fijaremos el precio de cada sesión en la primera consulta y, dependiendo de la prolongación del tratamiento, la cuantía total variará en consecuencia.
¿Puedo obligar a mi pareja a asistir a la terapia?
Para el éxito de la psicoterapia, la motivación resulta imprescindible, así que, en caso de que tu pareja no desee iniciarla, es mejor que utilices la persuasión y la paciencia, en lugar de exigir su participación.
Otro posible camino sería emprender una terapia individual, con lo que adquirirás instrumentos para manejar vuestras diferencias, exponer tus necesidades sin convertirlas en exigencias y marcar límites claros en vuestra relación. Sin menoscabo de los cambios que esto pueda conllevar en la pareja, es posible que se produzca un cambio de opinión en quien antes era remiso y emprendáis así un trabajo conjunto.
7. Si nuestras dificultades están relacionadas con la sexualidad, ¿sería mejor acudir a un sexólogo en lugar de a un psicólogo?
Las desavenencias en el terreno sexual originan con cierta frecuencia desencuentros de calado en las parejas. Ante esta situación, diversos profesionales pueden prestaros ayuda, como sexólogos y psicólogos.
Desde la psicología, contemplamos la sexualidad como una parte esencial de la personalidad, por lo que entendemos que tratar las dificultades que en su vivencia se nos presentan requiere una mirada más profunda que la meramente instrumental. Esto no es óbice para manifestar nuestro respeto por el trabajo de los sexólogos y nuestro convencimiento sobre sus posibles beneficios en situaciones concretas.
8. ¿Nos puede ayudar la terapia si ya hemos decidido separarnos?
Cuando ambos miembros de la pareja, o uno solo de ellos, deciden poner fin a la relación, se produce uno de los periodos vitales más difíciles de atravesar para cualquier persona. En estas ocasiones, la ayuda mutua y la que puede proporcionar un profesional de la psicología aminoran la culpa y la desazón que este recorrido acarrea.
Los acuerdos imprescindibles en cuanto a las responsabilidades comunes que se han compartido, algunas de las cuales, caso de la existencia de descendencia, no terminarán con el fin de la unión, hacen imprescindible una ruptura guiada por el entendimiento y la buena voluntad.
En nuestra consulta de Valladolid también podemos acompañaros en este camino y hacer que resulte menos doloroso.