Psicólogos Depresión Valladolid. ¿Qué es la tristeza profunda? ¿Cómo sé si estoy deprimido? La depresión es un síntoma psicológico que genera mucho malestar. Tanto en la persona que la sufre, como en sus allegados.
Nosotros queremos ayudarte a comprender mejor los estados depresivos y conocer su tratamiento. Si piensas que puedes estar pasando por un mal momento, te animamos a que consultes con un profesional para que pueda realizar un diagnóstico apropiado.
¿Es la depresión un problema psicológico?
Desde nuestro gabinete psicológico de Valladolid queremos ayudar a todas esas personas que sufren de un estado de tristeza que roza el desánimo y la desesperación.
Para ello, comenzaremos por destacar que es importante diferenciar entre situaciones en que las circunstancias vitales nos llevan a un estado de ánimo severamente afligido, pero enmarcado en el tiempo, y aquellas otras en las que la tristeza no tiene relación con el momento que vivimos, es decir, se producen sin causa aparente, o bien se prolonga indefinidamente, sin que nos sintamos capaces de controlarla o ponerle fin.
La tristeza no es un sentimiento patológico, es más, puede resultar saludable, o cuando menos normal, en ocasiones como si nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido, a una grave enfermedad o a otras vicisitudes difíciles de transitar.
Por el contrario, cuando el abatimiento se instala en nuestra cotidianidad sin que podamos identificar su procedencia o nos impide ver la salida quizá haya llegado el momento de solicitar ayuda a un profesional de la psicología, porque ahí la tristeza está pasando a Depresión.
¿Cómo puedo diferenciar si mi tristeza requiere apoyo psicoterapéutico?
No siempre es fácil distinguir entre tristeza y depresión, no es sencillo saber cuándo nuestra tolerancia al dolor y al sufrimiento nos lleva a confundir ambos ámbitos, en uno u otro sentido.
Sin embargo, y aunque ya sabemos que generalizar conlleva un riesgo de error evidente, sí que podemos prestar atención a una serie de señales que, caso de presentarse, deberían hacernos pensar en consultar con un psicólogo. Cuando durante más de un mes la persona presenta:
- Falta de energía e iniciativa, abulia persistente.
- Sentimiento de vacío, ausencia de motivación e incapacidad para hacerse cargo de las responsabilidades personales.
- Irritabilidad ante cualquier persona y casi cualquier estímulo.
- Dificultades con el sueño: insomnio, somnolencia diurna, demasiadas horas en cama…
- Privación o aumento injustificado y desmesurado del apetito.
- Sensaciones de nula autovaloración personal y persistente impresión de culpa.
- Problemas para mantener la concentración, indecisiones constantes y aminoración de la capacidad de comprensión.
- Escasas ganas de vivir, incluso ideas y tentaciones de acabar con la vida (suicidio).
Evidentemente, cada persona siente y manifiesta su malestar de diferente manera, por lo que la lista anterior ha de entenderse como una mera guía orientativa.
Para finalizar, podemos hablar de un problema serio cuando en el ánimo del individuo no predomina la tristeza, sino la falta de respuestas emocionales ante estímulos ambientales.
¿Qué hago si tengo algunos de los síntomas anteriores?
En primer lugar, es importante tener en cuenta que exigirnos esfuerzos por animarnos o por salir del contexto de desaliento en que nos encontramos no hará sino aumentar el escollo al que nos enfrentamos; no es momento para imposiciones ni exigencias, sean estas propias o ajenas, sino para comprensión, empatía y cuidado.
Si el pesimismo y la desilusión se han adueñado de tu vida, el primer paso es buscar un profesional de la psicología de confianza, como los que trabajamos en nuestra consulta de Valladolid, para que evalúe tu situación de forma específica y determine si requieres iniciar un proceso terapéutico.
Dicho esto, puede que la sola idea de acudir a terapia genere en ti cierta inquietud o ansiedad; si es así, recuerda que, inicialmente, solo te apoyaremos para que puedas discernir sobre la necesidad de emprender un tratamiento o si no lo precisas y puedes encontrar por ti mismo un camino hacia un lugar más confortable.
Sopesa tu sufrimiento y pon en el otro lado de la balanza tus miedos y tu falta de esperanza y, no te olvides, te estamos esperando para acogerte como te mereces e intentar ayudarte.
¿Dónde y cuándo se genera la Depresión?
En contadas ocasiones, el decaimiento y la postración característicos de este estado anímico se asocian a enfermedades fisiológicas, si bien la biología puede tener una gran influencia sobre ellas. De esta forma, los cambios hormonales ligados a determinadas etapas de la vida, como la adolescencia o la menopausia, pueden conllevar una predisposición a sufrir estos males.
En cambio, algunos factores psicosociales, relacionados con situaciones de estrés agudo, sean estas provocadas por la vida sentimental (fallecimiento de algún familiar o amistad, separaciones de pareja, etc.), laboral (pérdida del puesto de trabajo, cierre de un negocio, desavenencias con compañeros o superiores…) o académica (dificultades con los propios estudios, dudas sobre el camino a elegir, problemas en las relaciones personales), pueden desencadenar en cuadros psicológicos de profunda tristeza.
Por último, la propia personalidad, así como el aprendizaje adquirido en cuanto a la forma de relacionarse consigo mismo y con el entorno, marcan en ocasiones una posible tendencia a padecer de forma angustiosa y desconsolada las desilusiones propias de cualquier devenir vital.
En resumen, podríamos clasificar estas causas en tres grandes grupos, a saber:
- Agentes ambientales: como hemos dicho arriba, hay una multitud de sucesos vitales estresantes que pueden originar un estado de ánimo afligido, de tristeza profunda. Sin embargo, estas situaciones no son la causa sino el desencadenante de la crisis, siendo la respuesta de la propia persona, muchas veces condicionada por haber padecido anteriormente, posiblemente en la infancia o la adolescencia, circunstancias traumáticas.
- Agentes temperamentales: las personas inestables, emocionalmente inseguras o ansiosas presentan una mayor tendencia a sufrir episodios depresivos, puesto que pueden vivir en el filo de la melancolía, el pesimismo y la falta de autoestima.
- Agentes hereditarios: los individuos con antecedentes familiares directos tienen una mayor vulnerabilidad ante acontecimientos angustiosos e incluso presentan más inclinación a periodos de desánimo sin relación con su entorno o situación particular.
A pesar de todo lo dicho hasta aquí, es fundamental resaltar que ninguno de estos factores ha de verse como una condena inamovible, muy al contrario, han de servirnos para prestar atención y cuidado cuando la tristeza comienza a presentarse en nuestras vidas como una bruma. En definitiva, hemos de utilizarlos como herramientas preventivas y nunca permitir que se conviertan en una losa.
¿Qué efectos produce la Depresión?
La falta de esperanza y la postración a la que puede llevar la tristeza profunda o la depresión conllevan en múltiples ocasiones consecuencias indeseables, secuelas que lastran el día a día de forma contundente, de tal manera que lo convierten en una encrucijada donde cada pequeña decisión se transforma en una cuestión difícil de gestionar, cada pequeño esfuerzo, en una montaña de incalculable altura, prácticamente insalvable.
A grandes rasgos, podríamos enunciar estos efectos en tres áreas:
- Psicológica
- Baja autoestima: esta, a su vez, alimenta a la propia pesadumbre, por lo que origina un bucle endiablado de pensamientos negativos.
- Escaso rendimiento: hasta los quehaceres más sencillos se presentan como una tarea ardua y tediosa, lo que, unido a la visión de incapacidad que el individuo puede tener de sí mismo, conduce a una situación de parálisis y abandono extremadamente peligrosa.
- Social
- Relaciones personales problemáticas: la irritabilidad propia de estos estados de ánimo, así como la mínima confianza en sí mismos que tienen quienes los padecen, provoca disputas y engrandece las distancias con aquellos que los rodean. Además, para sus seres queridos y allegados resulta muy complejo ampararlos, no olvidemos que estas circunstancias no son sencillas de analizar y, mucho menos, de resolver.
- Física
- Deterioros en la salud: resulta bastante común que estas dolencias vengan acompañadas de otras patologías. Baste con señalar que producen disfunciones en el sistema inmunológico, con resultados indeseados.
- Impactos neurodegenerativos: algunos estudios científicos recientes señalan que cuando la pena y la desilusión se instalan en nuestra vida de forma duradera y no se tratan convenientemente, afectan a las estructuras de la corteza cerebral y a su funcionalidad.
Por consiguiente, la persona que soporta esta aflicción podría sentir impotencia e indefensión, así como ausencia de herramientas para cambiar sus condiciones vitales. A falta de un tratamiento psicológico adecuado, podría tener la tentación de rendirse y abandonarse a su suerte.
¿En qué consiste el tratamiento para la Depresión que ofrecemos en nuestra consulta de Valladolid?
Empezaremos por resaltar que entre un 80 y un 90 por 100 de las personas que reciben la ayuda de un psicólogo experimentan una mejoría evidente de sus síntomas, al reducir su tristeza y aumentar su energía y su impulso.
En cuanto al procedimiento en sí, básicamente se estructura en estos pasos:
- Evaluación inicial.
Nuestros primeros encuentros nos servirán para reconocernos mutuamente y entablar una relación de confianza imprescindible en la relación terapéutica. Asimismo, nuestros profesionales encuadrarán tu problemática de forma específica e individualizada. - Plan de intervención.
Tras esta fase inaugural, determinaremos tu estado y comenzaremos a visualizar un posible recorrido en busca de enfoques que reconduzcan tu ánimo de forma positiva y lo revitalicen. - Personalización del proceso.
En nuestro gabinete psicológico de Valladolid tratamos a cada persona como lo que es: un ser único e irrepetible, nunca un síndrome o una enfermedad encarnada en un sujeto. - Acompañamiento en la investigación de tus propios recursos y habilidades.
Este punto resulta crucial y respecto a él debemos ser extraordinariamente francos: en ningún momento te vamos a ofrecer recetas milagrosas que te rescaten de la posición en que te encuentras. En cambio, habrás de ser tú, con nuestra guía y sostén, quien indague y halle las opciones que te resulten más satisfactorias y adecuadas para quien eres y quien quieres llegar a ser.
No podemos acabar este texto sin lanzarte un mensaje de optimismo: por imposible que pueda parecer, el alivio de tus dolencias no es una quimera, la recuperación es viable, no tires la toalla, como te hemos dicho, estamos aquí para apoyarte y ayudarte.