Consumo de sustancias
Consumo de sustancias, se han incrementado en nuestra sociedad de un modo muy patente y desenfrenado.
Los Psicólogos tienen en el psicoanálisis mucho para decir y que hacer desde la teoría y práctica. Podemos ayudar a entender lo que pasa con las personas consumidoras de alcohol y otras sustancias y para poder ayudar, necesitamos entender la conexión entre teoría y práctica y fundamentalmente comprender el trabajo psicoanalítico.
Más adelante veremos conceptos metapsicológicos.
F. Doltó plantea la importancia del acunamiento. Ella descubre con su talento clínico, que el acunar con un ritmo no mecánico sino expresando un lazo empático, permite procesar el duelo al ritmo del corazón de la madre, escuchado por el bebé en el útero. Es importante señalar aquí que este procesamiento es ausente en los pacientes tóxicos.
Freud en «Inhibición, Síntoma y Angustia» expresa cómo la madre tiene que constituir por otros medios un útero post-natal o continuar por otros medios la relación intrauterina, o sea, la incondicionalidad materna solo se recupera a través de la empatía, la cual manifiesta que madre e hijo son uno, pero diferentes, ya que «algo» se perdió.
La empatía materna trae consigo una pérdida que entiende que el nacimiento de ese hijo, para que nazca, se acompaña de una pérdida.
Aquí podemos expresar y después lo desarrollaremos, el concepto del «no nacido», que hace referencia a cuando un paciente adicto enuncia en su discurso «estoy muerto», donde deberíamos entender «no nacidos»
El nacimiento de un bebé va del lado de la inscripción del afecto, acompañado del matiz afectivo, a través de la empatía materna.
Winnicott cuenta, que hay enfermos que solo podrán sanar si hablan de que estuvieron muertos en su vida.
Hay pacientes que en su decir expresan sentirse muertos y sentir un vacío insoportable. Evidentemente son conceptos que van juntos. Este discurso, responde a momentos muy regresivos del aparato psíquico, donde impera el yo real originario y la constitución de la conciencia primitiva con el contenido del afecto como cualidad.
Freud indica aquí que para hablar de una primera constitución subjetiva, no hay significante, hay cualidad afectiva y conciencia. La conciencia incluye el aspecto afectivo como aquello que habla de lo vital del bebé.
En el terreno donde se produce la cuestión, no podemos escuchar un discurso que tenga su base en identificaciones originarias como sustrato simbólico, hay que escuchar a un sujeto no constituido que es el sujeto que siente.
Los consumidores nos hablan continuamente de sus trabas para sentir dolor, tristeza, hasta se enfadan de tener que hablar, porque expresarse ya es doloroso.
En este primer acercamiento me limité a nombrar algunas de las cuestiones que plantea la estructura adictiva. Veamos ahora el matiz afectivo y la defensa patógena.
Yo real primitivo y pulsión de muerte.
Los consumidores gastan la vida, no la disfrutan y si se piensa que consumir es divertirse en lugar de matar un tiempo insoportable por el aburrimiento, la estrategia es confusa y perjudicial.
El aburrimiento es un tipo de abatimiento que prevalece en los pacientes consumidores.
Dicen vivir en la vorágine, acelerados, no gustan de esperar, hablan de su impaciencia, de su estado de aburrimiento, no hay placer en la vida, etc. Aunque la vida tiene mucho que ofrecerles, ellos sienten no tener nada que ofrecer a la vida.
Consumir la vida es coincidente con el predominio de la pulsión de muerte que quiere agotar la energía psíquica, aquella que es indefectible a que la pulsión se constituya como modo de trabajo para lo psíquico.
La pulsión en su presentación es la que goza. La preeminencia de la pulsión de muerte es paralela a que la pulsión se vuelva destructiva y la constitución de la conciencia originaria, conciencia de la vitalidad de los tránsitos pulsionales, queda abolida en su sentir.
Hay abolición del aspecto afectivo, testimonio de la relación empática madre-hijo.
En la medida que la pulsión se vuelve destructiva porque se abolió el matiz afectivo, el sujeto no constituido deja sitio a un tipo de masoquismo, o mejor dicho, sadomasoquismo en el cuerpo.
Consumir la vida es inherente a la abolición del sentir, testimonio de estar vivo, del sentimiento de sí mismo, identificación que reúne a diferentes aspectos afectivos. Pero estar vivo no fue una experiencia.
Winnicott plantea que el tratamiento de estos pacientes es invitar a que puedan hablar de una experiencia indecible.
La abolición de la conciencia primitiva no permitió que se construyera en vivencia el haber estado muerto, dicho de otro modo, no hubo experiencia de haber estado vivo.
Freud en su desarrollo teórico plantea la escalonación lógica del aparato psíquico y en ella detalla con cuidado, como la pulsión de vida incluye a la pulsión de muerte y a la vez se defiende de ella formando una reserva de energía.
En un primer momento de la estratificación del sistema psíquico, el aparato busca descargarse de toda la energía y volver a lo inorgánico, el origen, es decir, al cero absoluto, dominio absoluto de la pulsión de muerte.
La pulsión de muerte tiene como objetivo la descarga según el principio de inercia, que se corresponde a un proceso de descarga del sistema nervioso al cero total.