Psicología para Adolescentes:

terapia en Valladolid

Si buscas terapia para adolescentes en Valladolid, te damos la bienvenida a nuestro centro de psicología especializado en adolescencia.

Nuestro gabinete psicólogos especialistas en adolescentes, acompañarán al adolescente, adaptándose a su momento evolutivo y atendiendo sus necesidades. También trabajaremos con los padres ya que ellos pueden ayudar en el proceso.

Terapia Psicológica Adolescentes

Psicoterapia para adolescentes en Valladolid

La transición entre la infancia y la juventud que acaece en la adolescencia necesita de una atención cuidada y especializada. El reto al que se enfrentan los adolescentes implica a toda su familia y altera todo el ecosistema de esta, puesto que el chaval o chavala cuestiona los roles establecidos anteriormente.

Nuestra psicoterapia con adolescentes en Valladolid pretende crear un espacio de diálogo particular, una conexión entre las formas infantiles de relación, más constreñidas a las pautas, y las nuevas maneras que se han de poner en práctica al finalizar la infancia. Una zona tranquila y segura en la que poder recapacitar sobre lo que es necesario conservar y dónde es preciso arriesgar en esta etapa de la vida.

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¿Es la adolescencia una fase más de la vida?

La adolescencia es una etapa esencial en el desarrollo de las personas, repleta de desafíos y no exenta de riesgos. Al expandirse los límites y romperse algunas de las normas que habían marcado la infancia del niño o la niña, se producen sentimientos de rebeldía e incomprensión que pueden provocar un sufrimiento nada desdeñable.

Desde el punto de vista de la propia autonomía, la personalidad de los futuros adultos comienza a conformarse aquí. Las bruscas caídas y subidas emocionales, la angustia que causa la falta de reconocimiento del mismo adolescente respecto a quién es y a quién quiere ser, así como la de su entorno más próximo, quizá conlleven sentimientos de desconsuelo que, mal canalizados, podrían condicionar negativamente los posteriores periodos vitales, es decir, la juventud y la madurez de la persona.

Por otra parte, para los padres tampoco resulta sencillo conformar un nuevo papel desde el que acompañar este crecimiento. La flexibilidad que requiere el reconocimiento del desarrollo personal de nuestros hijos e hijas, la claridad de los límites a imponer, así como su disminución con respecto a los utilizados hasta aquí, suponen un auténtico desafío para quienes, posiblemente, habíamos vivido la infancia de aquellos relamiendo el dulce sabor de la ternura.

¿Qué cuestiones acarrean más dificultades en la adolescencia?

Los cambios de humor

Ante la mirada de los adultos, el adolescente magnifica sus emociones, sean estas de alegría, tristeza o ira. La intensidad con la que siente sus turbaciones entorpece considerablemente su comunicación con el entorno, con lo que aumentan su aislamiento y la impresión de incomprensión. De este modo, desarrollar sus habilidades expresivas resulta crucial, por lo que encontrar un terreno donde manifestarse con confianza y sin cohibiciones, como lo es el que les procuramos en nuestra intervención psicológica de Valladolid, es un asunto de extrema importancia.

Aceptación del propio cuerpo

Los cambios fisiológicos asociados al fin de la infancia acercan a la persona al aspecto que tendrá como adulto, por lo que admitirlos y llegar a sentirse a gusto con ellos no resulta sencillo en muchas ocasiones. Además de la autoestima, valor difícil de mantener para un adolescente, los modelos impuestos por una sociedad que admite la variedad con cuentagotas, convierten este tema en otro de los puntos trascendentales sobre los que incidir en nuestra terapia.
Un caso que merece especial mención es el de los trastornos alimenticios, muy relacionados con los objetivos imposibles que el chico o chica se pueden marcar en su ideal de belleza, y que implican situaciones de extremo peligro.

Las relaciones sociales

  • Los nexos con los iguales y el sentido de pertenencia a un grupo son núcleos muy relevantes de la personalidad, así que la etapa que vivimos entre la infancia y la edad adulta trasciende extraordinariamente su duración y marca gran parte de lo que seremos en el futuro, puesto que en ella ponemos en práctica los primeros pasos que nos conducen hacia el universo social que habita más allá de las cuatro paredes que nos habían refugiado hasta entonces.
    La timidez, la inseguridad o un ambiente poco amable pueden hacer de este tránsito una vivencia traumática en lugar de enriquecedora, por lo que debemos estar muy atentos a las señales de alerta, más o menos evidentes, que nos adviertan de posibles conflictos, cuya gravedad abarca un amplio abanico (entre la escasez de amistades y el acoso escolar caben muchas otras casuísticas).

Apuros académicos

La necesidad que tiene el adolescente de divertirse con sus amigos, de salir del hogar o entretenerse de múltiples maneras dificulta la organización de su tiempo, así como compatibilizar sus intereses con sus obligaciones. A menudo las familias refieren los problemas que se presentan cuando intentan limitar aquellos en beneficio de estos. En nuestro gabinete de psicología, trabajamos con el objetivo de crear un clima propicio al diálogo y al entendimiento, en aras de acordar principios básicos que satisfagan a ambas partes y sean funcionales.

Tristeza y agitación

Los problemas psicológicos de más calado son, frecuentemente, secuelas de los vividos en esta fase vital, de ahí que debamos prestarles atención en cuanto emiten los primeros indicios o síntomas.
Si bien, como hemos dicho arriba, la tristeza es un sentimiento habitual en estas edades, esta no debería confundirse con el sentimiento de abatimiento continuo relacionado con la depresión.
Por otra parte, el miedo a emprender nuevas actividades o a conocer nuevas amistades tampoco deja de ser normal, pero no lo es si se convierte en cotidiano, impide el desempeño de las obligaciones cotidianas o implica una soledad persistente.

¿Cómo se estructura nuestra psicoterapia para adolescentes?

Entablar una relación en la que el adolescente se sienta seguro y confiado es la entrada a una terapia con posibilidades de éxito. No debemos olvidar que, cuando lo recibimos en nuestro gabinete, llega ensimismado, de una u otra forma: instalado en una cueva protectora construida con ahínco o subido a una supuesta cumbre personal desde la que atisba al resto de la humanidad. En definitiva, acampado en la soledad.

La deconstrucción de esta armazón, con el fin de desarrollar una identidad más saludable y buscar su bienestar, supone implementar un protocolo que hemos ido definiendo con la práctica.

  • Contacto con la familia

    Debido a que en estas edades, que abarcan aproximadamente de los doce a los dieciocho años, asistimos a menores de edad no es factible comenzar ningún tratamiento sin el consentimiento de los padres. Independientemente de esto, en nuestra consulta consideramos que la comunicación estrecha entre el psicólogo y los tutores es una condición indispensable para avanzar en el proceso terapéutico.

  • Toma de datos inicial

    En los primeros encuentros con el adolescente, nuestros profesionales realizarán un acercamiento a su situación, sus inquietudes, apuros y posibilidades. En esta coyuntura, propiciar un espacio de apertura será clave para que se desplieguen todas las posibilidades psicoterapéuticas indispensables para conseguir nuestra meta: una persona capaz de encontrar su nueva realidad.

  • Evaluación profesional

    Fruto del paso anterior, obtendremos un marco que abarcará las circunstancias actuales y los posibles objetivos a alcanzar a lo largo de la intervención. Este análisis ha de ser necesariamente flexible y abierto, de forma que se adaptará a los diversos momentos y contextos que surjan en el transcurso del tratamiento.

  • La comunicación

    El diálogo que configura la psicoterapia  es en sí mismo un buen escenario donde ensayar, equivocarse y aprender a expresar necesidades, deseos, preocupaciones, etc. En buena medida, la problemática del adolescente se relaciona principalmente con este campo, así que facilitarle una experiencia en la que pueda permitirse errar y no ser enjuiciado será el mejor de los regalos, una oportunidad para atravesar esta etapa saludable y productivamente.

  • Las emociones

    Reconocer los propios sentimientos no es una tarea baladí en la adolescencia, así que expresar sus sensaciones asertivamente y no en oposición al otro será un primer y trascendente logro en nuestra vía terapéutica.
    Igualmente, comenzar a gestionar sus emociones adecuadamente es sustancial para dejar de sufrir, entenderse con el entorno y vislumbrar una salida al callejón en el que desemboca la adolescencia demasiadas veces.

  • La autonomía

    La capacidad para adoptar decisiones libremente y la asunción de responsabilidades definen a una persona adulta, por lo que la adolescencia debería ser un camino que guiara, paulatina pero inexorablemente, hacia este fin. Por tanto, la adquisición de herramientas que así lo posibiliten será uno de los indicadores fundamentales del éxito de la terapia.

Te ayudaremos a que resuelvas el origen de tu problema

¿Qué metas nos fijamos en nuestra terapia para adolescentes?

Aunque no todos los casos son iguales y nuestro enfoque se personaliza en función de las peculiaridades y síntomas del adolescente al que atendemos, sus características comunes nos permiten delinear las líneas básicas que apuntalarán el tratamiento desde sus inicios y durante todo su recorrido.

  • Aceptación de la realidad personal, con sus limitaciones y virtudes.
  • Incorporación de los límites y negociación desde su rol.
  • Asentamiento sereno y reflexivo de las emociones.
  • Adaptación a los cambios corporales y conformidad con sus singularidades.
  • Búsqueda de una nueva forma de relacionarse con el mundo: integración en el grupo familiar, formación de un grupo de amistades, redes sociales, vínculos de pareja, sexualidad, etc.
  • Asunción de responsabilidades, capacidad para la toma de decisiones y buen manejo de la libertad.
  • Consolidación de su identidad.

Psicoterapia en Valladolid Opiniones

Así, me subí a ese avión diez años después, me fui a New york y me permití disfrutar. Y ver la vida con otra perspectiva y me hice a entender a mí misma que esto también es para mí. Y que yo también me lo merezco.”

Adulto feliz

«Después de mucho tiempo pasándolo mal en casa decidí acudir a Pedro por la recomendación de una amiga y fue la mejor decisión que pude tomar. Me ha aportado siempre su opinión y ayuda sobre todos los problemas que hemos tratado transmitiéndome una confianza y cercanía que son de agradecer cuando te encuentras en situaciones complicadas. Solo tengo palabras de agradecimiento.”

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Psicoterapia para adolescentes en Valladolid

Cuando dejamos atrás la infancia y nos adentramos en la adolescencia, de alguna manera afloramos a la superficie de lo que será nuestra vida adulta, como pequeños tallos que surgieran de las raíces soterradas en la tierra. Atender minuciosamente este proceso es decisivo para conformar saludablemente la futura madurez de la persona.

Preguntas Frecuentes sobre Psicología para Adolescentes

En esta fase, en ocasiones, los jóvenes presentan emociones, sentimientos o bien conductas que les causan malestares psicológicos y generan conflictos familiares. Cuando estos se convierten en una rutina y transforman su vida o la de su entorno en un laberinto del que no se vislumbra ninguna salida es el momento de acudir a un profesional. Cuanto más demoremos el inicio de la terapia, más compleja será la resolución de la crisis

Para afrontar una transformación personal es imprescindible la voluntad de cambiar, por lo que exigirle que adopte una decisión de tal calado no es recomendable. Ahora bien, podemos intentar persuadirlo de la conveniencia de ello, hablándole de la oportunidad de crecimiento que puede suponer para él y de que sugiriéndoselo no estamos culpabilizándolo.
En caso de persistir en su negativa, en nuestra consulta de psicología podríamos atender a sus padres y ver qué estrategias adoptar para mejorar la situación.

Nuestra terapia se personaliza en función de cada paciente que atendemos, de forma que, en este caso, es posible que trabajemos en exclusiva con la muchacha o muchacho, únicamente con sus progenitores o de manera combinada con todos ellos.
En la evaluación inicial se decidirá cuál de estos formatos es más adecuado para el bienestar del adolescente, si bien, según avancemos en la psicoterapia, podrán darse momentos puntuales en los que este criterio se adapte a las circunstancias y eventualidades que vayan surgiendo.

La terapia psicológica consiste en un diálogo entre el paciente y el psicólogo, con el que este va analizando y ayudando al primero a desentrañar los elementos que le producen confusión y le impiden vivir con satisfacción y plenitud conforme a sus deseos e incipientes valores.
En cuanto a su duración, varía en función del adolescente y su coyuntura, aunque normalmente fluctúa entre los cuarenta y cinco minutos y la hora.

La celeridad con que asistamos los problemas psicológicos de cualquier persona que se encuentre en dificultades facilita el éxito de la terapia. En este sentido, los adolescentes no son ninguna excepción y, así como es conveniente llevar a un psicólogo a un niño o niña que presenta complicaciones de este tipo, no es recomendable demorar la petición de ayuda a un psicólogo, sino hacerlo lo antes posible. Esto minimizará la aparición de futuras secuelas en su personalidad.

El precio de cada una de nuestras sesiones se establecerá en la primera consulta, para lo que tendremos en cuenta vuestra coyuntura personal y económica.
Por lo que respecta a la frecuencia de estas, serán semanales o quincenales.
Y, por último, la duración del tratamiento dependerá en gran medida de la situación personal del adolescente y del alcance de los obstáculos a los que se enfrente.